Ciertamente en todos municipios
hay y hubo mujeres que han destacado en su familia por llevar adelante a la
familia, aunque no se valorasen ni ellas mismas como algo excepcional, si no
como parte de lo que les tocó vivir.
Como ejemplo, que todos tendremos
aunque no todos sepamos de nuestra historia familiar, mis abuelas y bisabuelas
eran trabajadoras desde niñas.
Mi bisabuela paterna vivía del
campo, y en las aldeas siempre se han ayudado entre las casas, así pues, en una
de las muchas cosechas quedaron las vecinas en la esplanada de casa para
empezar el trabajo en cuyo momento una de ellas pregunto “¿Dónde están los
hombres? “(por esperarlos para empezar) a lo que mi bisabuela Dolores dijo (en
gallego que es en Sarria- Lugo) “los hombres y mujeres somos nosotras” dando a
entender que ellas solas eran las que iban a ir, a lo que yo añado que
ciertamente las mujeres las que llevaban la casa (cría de los hijos, cuidados
de mayores y enfermos, sembrado y recolecta de plantas, preparados
medicinales…) y trabajaban por igual, y aún hoy en día sigue siendo así, en los
cuidados del ganado y la cosecha.
En Vigo, mi abuela materna
trabajó en la tienda desde jovencita y una vez con familia trabajó en la
jabonera y en casa, y cuando no sabía si su marido estaba o no vivo llevó
adelante a los hijos con salud y buena educación.
Todas las mujeres de esa época
eran luchadoras sin saberlo ni pretenderlo pues aun cuando socialmente dependían
de los hombres, ellas eran autosuficientes, demostrando que más que una
condición física es algo mental eso de ser el sexo débil.
Al igual que ellas muchas mujeres
han destacado en sus municipios, algunas de ellas incluso han adquirido fama,
aunque sea solo como “rebeldes” como es el caso de las hermanas Fandiño Ricart
de Santiago de Compostela, conocidas como “Las Marías”, “las locas” o “las
solteronas”, definiciones típicas ante el choque de formas de ser y lo
convencional de cada época.
Maruxa (1898-1980) y Coralia
(1914-1983) al parecer eran de espíritu libre, y aunque la menor de ellas
era más tímida, y había gran diferencia de edad, ambas compartían mismo gusto
en vestimenta y maquillaje excéntrico, y además les gustaba flirtear con
universitarios.
Vivían de la costura, hasta que
la guerra hizo mella y por no ser vinculados a sus ideologías pues eran de
familia anarquista, cayeron en la pobreza. Lógico en esos tiempos pues
cualquiera podía ser encarcelado solo con caerle mal a alguien y que en falso
testimonio se les culpase de ideologías, que se podían tener o no. Pero una vez
finalizada la guerra sí les ayudaron, pasando a vivir ambas de la caridad
vecinal.
Considero que simplemente eran
mujeres no al uso, con sus gustos e ideas claras, a las que el pueblo les tenía
cariño o simple simpatía, pero nunca hicieron daño a nadie. Solo eran espíritus
libres que llegada cierta edad y tras vivir siempre solas en su casa, y
posiblemente no comprendidas por el pueblo, llegaron a “hacer su mundo”.
Mujeres que sin proponerlo
rompían moldes, dicen se volvieron locas, supongo para recuperar sus espíritus
de juventud, por lo que yo opino que con mucha lógica, pues si en ti nace tanta
alegría que la manifiestas en la ropa y maquillaje y disfrutas de pasear haciendo
una rutina, costumbres al parecer no dadas con tanta naturalidad como sería hoy
por lo que las hizo incluso famosas y queridas por el pueblo (a pesar de ser de
“amor libre” y en esos tiempos no se vería nada bien), y llega la guerra y
postguerra rompiendo su “hábitat” para además después los años y seguramente la
no adaptación o evolución para llevar sus espíritus rebeldes al nivel propio de
otra edad, sean lo que las llevó a la locura o ¿se les llamó locas por mantener
ese espíritu joven a pesar de los años?
En cualquier caso, seguro que a más de una
niña y joven les influyeron, rompiendo moldes familiares y, llegado el momento
despertando en esas semillas de futuras luchadoras por la igualdad, el que se
hiciesen preguntas que luego germinasen en deseos de conseguir abrir caminos
que en los tiempos de “Las Marías” nadie podría imaginar, y menos ellas.
Estatuas de las Dos Marías en el
parque de la Alameda, en Santiago de Compostela.
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