lunes, 30 de septiembre de 2024

 

Ciertamente en todos municipios hay y hubo mujeres que han destacado en su familia por llevar adelante a la familia, aunque no se valorasen ni ellas mismas como algo excepcional, si no como parte de lo que les tocó vivir.

 

Como ejemplo, que todos tendremos aunque no todos sepamos de nuestra historia familiar, mis abuelas y bisabuelas eran trabajadoras desde niñas.

Mi bisabuela paterna vivía del campo, y en las aldeas siempre se han ayudado entre las casas, así pues, en una de las muchas cosechas quedaron las vecinas en la esplanada de casa para empezar el trabajo en cuyo momento una de ellas pregunto “¿Dónde están los hombres? “(por esperarlos para empezar) a lo que mi bisabuela Dolores dijo (en gallego que es en Sarria- Lugo) “los hombres y mujeres somos nosotras” dando a entender que ellas solas eran las que iban a ir, a lo que yo añado que ciertamente las mujeres las que llevaban la casa (cría de los hijos, cuidados de mayores y enfermos, sembrado y recolecta de plantas, preparados medicinales…) y trabajaban por igual, y aún hoy en día sigue siendo así, en los cuidados del ganado y la cosecha.

En Vigo, mi abuela materna trabajó en la tienda desde jovencita y una vez con familia trabajó en la jabonera y en casa, y cuando no sabía si su marido estaba o no vivo llevó adelante a los hijos con salud y buena educación.

Todas las mujeres de esa época eran luchadoras sin saberlo ni pretenderlo pues aun cuando socialmente dependían de los hombres, ellas eran autosuficientes, demostrando que más que una condición física es algo mental eso de ser el sexo débil.

 

Al igual que ellas muchas mujeres han destacado en sus municipios, algunas de ellas incluso han adquirido fama, aunque sea solo como “rebeldes” como es el caso de las hermanas Fandiño Ricart de Santiago de Compostela, conocidas como “Las Marías”, “las locas” o “las solteronas”, definiciones típicas ante el choque de formas de ser y lo convencional de cada época.

Maruxa (1898-1980) y Coralia (1914-1983) al parecer eran de espíritu libre, y aunque la menor de ellas era más tímida, y había gran diferencia de edad, ambas compartían mismo gusto en vestimenta y maquillaje excéntrico, y además les gustaba flirtear con universitarios.

Vivían de la costura, hasta que la guerra hizo mella y por no ser vinculados a sus ideologías pues eran de familia anarquista, cayeron en la pobreza. Lógico en esos tiempos pues cualquiera podía ser encarcelado solo con caerle mal a alguien y que en falso testimonio se les culpase de ideologías, que se podían tener o no. Pero una vez finalizada la guerra sí les ayudaron, pasando a vivir ambas de la caridad vecinal.

Considero que simplemente eran mujeres no al uso, con sus gustos e ideas claras, a las que el pueblo les tenía cariño o simple simpatía, pero nunca hicieron daño a nadie. Solo eran espíritus libres que llegada cierta edad y tras vivir siempre solas en su casa, y posiblemente no comprendidas por el pueblo, llegaron a “hacer su mundo”.

 

Mujeres que sin proponerlo rompían moldes, dicen se volvieron locas, supongo para recuperar sus espíritus de juventud, por lo que yo opino que con mucha lógica, pues si en ti nace tanta alegría que la manifiestas en la ropa y maquillaje y disfrutas de pasear haciendo una rutina, costumbres al parecer no dadas con tanta naturalidad como sería hoy por lo que las hizo incluso famosas y queridas por el pueblo (a pesar de ser de “amor libre” y en esos tiempos no se vería nada bien), y llega la guerra y postguerra rompiendo su “hábitat” para además después los años y seguramente la no adaptación o evolución para llevar sus espíritus rebeldes al nivel propio de otra edad, sean lo que las llevó a la locura o ¿se les llamó locas por mantener ese espíritu joven a pesar de los años?

 

 En cualquier caso, seguro que a más de una niña y joven les influyeron, rompiendo moldes familiares y, llegado el momento despertando en esas semillas de futuras luchadoras por la igualdad, el que se hiciesen preguntas que luego germinasen en deseos de conseguir abrir caminos que en los tiempos de “Las Marías” nadie podría imaginar, y menos ellas.


Estatuas de las Dos Marías en el parque de la Alameda, en Santiago de Compostela.



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